«Hoy estamos inmersos en el impactante discurso del G20 del extraordinario Luiz Inácio Lula da Silva, ex Presidente de Brasil. Sus palabras son un poderoso llamamiento a la responsabilidad global y un catalizador para el cambio positivo».
El poder de la vista desde arriba
Lula comenzó su discurso con una imagen poderosa: la de la Tierra vista desde arriba, desde la perspectiva de un cosmonauta. «La Tierra es azul», dijo Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio. Las imágenes enviadas por la sonda Chandrayaan-3 confirman que, a pesar de todo, nuestro planeta sigue siendo azul y hermoso. Esto llama la atención sobre la belleza y fragilidad de nuestro mundo, evocando un sentido de asombro y responsabilidad.
La emergencia climática
Lula no se limitó a encantar con imágenes espaciales, sino que abordó de frente la emergencia climática. Habló de calentamiento global, sequías, inundaciones, tormentas e incendios cada vez más frecuentes. Subrayó cómo estos acontecimientos amenazan la seguridad alimentaria y energética y cómo los más pobres, los más vulnerables, son los más afectados.
La deuda histórica
Pero Lula ha hecho más. Tocó un punto crucial: la deuda histórica. Señaló que los que históricamente han contribuido más al calentamiento global son los que tienen que soportar los mayores costes para combatirlo. Una deuda acumulada durante dos siglos que exige una respuesta concreta.
Desafío para los países ricos y los recursos sin explotar
He aquí un punto clave: los países ricos deben invertir en la reducción de las emisiones de CO2 y desarrollar nuevas tecnologías para la transición energética. Se trata de un acto de justicia y responsabilidad. Pero Lula va más allá y subraya que los países pobres del Sur global deben tener acceso a los recursos para no tener que explotar su territorio destruyendo los bosques. Necesitan recursos para implantar tecnologías que limiten la contaminación sin ahogar el desarrollo.
Bajo cada árbol hay una mujer, un hombre, un niño".
Aquí está la frase clave,
la perla del discurso de Lula. Estas palabras nos recuerdan que cada árbol representa una parte preciosa de nuestro planeta, pero también una comunidad que depende de esa tierra. Esta sencilla afirmación nos recuerda la profunda conexión que existe entre el medio ambiente y la humanidad.
Llamamiento a la acción mundial
Por último, Lula hizo un llamamiento a la acción mundial. Habló de las energías renovables, los biocombustibles, el desarrollo sostenible y la agricultura baja en carbono como soluciones. Pidió un compromiso concreto del G20 para hacer frente a la crisis climática y subrayó la importancia de los objetivos cuantitativos y de un grupo de trabajo para la movilización mundial contra el cambio climático.
En conclusión, el discurso de Lula ante el G20 es un llamamiento a la responsabilidad, la justicia y la acción. Subraya que nuestro planeta es precioso y frágil, pero que podemos marcar la diferencia. Las palabras de Lula nos inspiran para cambiar el mundo a mejor, para trabajar juntos por un futuro sostenible.